No lo puedo remediar. Desde hace un tiempo, escribo poco referente a la política o a cuestiones sociales; otras ocupaciones y preocupaciones ocupan mis pocos tiempos pero, vista la podredumbre institucional que representan el gobierno y el estado español, me obligan moral y éticamente a manifestar mi opinión en los sucesos que se están a dar.
El estado democrático y de derecho que se supone es el garante de nuestras libertades, está siendo ocupado y conducido cara una nueva forma dictatorial, donde la democracia solo es entendida en términos de conveniencias cara a la lucha electoral por parte de los tres jinetes del apocalipsis, como son, M punto Rajoy, Pedro Sánchez y Albert Rivera. La desazón que siento viendo a estos tres jinetes, más que señores, como actúan entrelazados y unidos en los mismos objetivos, van cabalgando los tres y sus respectivos partidos en la nueva modalidad de “democracia dictatorial”, que es la que están a inaugurar con motivo del llamado “procés” y la aplicación del artículo 155 de la Constitución que, más que un artículo específico a desenvolver para, mediante el diálogo y los respetos democráticos, analizar las causas de el porqué los catalanes, o una parte importante de ellos, desean la independencia. Esto no les interesa! Es más importante no hacer política alguna, hasta que el tren escarrile en el precipicio al que estamos asistiendo. Así, vimos el sainete de Pedro Sánchez con el no es no, convertido en un si por lo bajo impuesto por la gran X de los Gal y demás colaboradores. Curioso fue cuando trató de indecente a todo un presidente del gobierno, que hasta nos lo creímos capaz. Y este, metido en los papeles de Bárcenas, diciendo que no se podrá probar nada cuando están más de 900 cargos del partido metidos en los juzgados de toda España, mandándole e-mails de ánimo y de que hacemos lo que podemos, cuando ya se sabía toda la historia. Todos los días nos encontramos con las mentiras, como la reciente de Cristina Cifuentes y su Máster de la discordia, o invisible…, aunque se unda todo el poco prestigio de las universidades españolas, con tal de mangonearlo todo y tener buenos súbditos que sepan cantar “a por ellos!”.
Sí…, esto es una dictadura, donde los ricos que se forraron con la dictadura, son los mismos ricos que dominan los medios de producción, de comunicación y banca. Los ricos de la dictadura imponen las reglas democráticas, y así se nos ve el pelo a la hora de los comportamientos democráticos. El juez Llarena es tratado de “magistral” como jurista!, y se nos dice que su auto de procesamiento es impecable, sin ruborizarse ni dudar un poco de los posibles delitos de prevaricación que está a cometer. Inventa un delito de los más graves del código penal, y se dedica todo el tiempo a argumentar el delito, sacando de contesto el tal delito para darlo por hecho, con el único objetivo de impedir que los acusados puedan ejercer sus derechos políticos que ningún juez puede (podería) privar por ser diputados electos, y según el estatuto catalán, art.57.1 gozan de inmunidad. Para detenerlos y acusarlos de un delito flagrante como es el de rebelión o el de sedicción, tendría, el juez, que solicitar la suspensión como diputados, al pleno del parlamento de Cataluña con una decisión de mayoría absoluta, art.18.1 del reglamento del parlament. Pero en esta democracia dictatorial, se saltan todas las reglas democráticas con tal de hacer patrioterismo españolista para conseguir los votos necesarios; tapando todo lo que se roba, todo lo que se manipula, todo lo que se niega a la gente, que está a sufrir las consecuencias económicas y sociales de los listos y espabilados caciques que tenemos a nuestro lado.
Da nauseas escuchar decir que estamos en un “Estado de Derecho” y que hay que cumplir la ley. Hago votos, para que los gallegos lleguemos, a no tardar, a emprender el mismo camino de liberación del yugo español que están a conseguir los catalanes. Porque lo conseguirán, vaya si no! Esta mentira de democracia nunca podrá vencer cuando un pueblo se pone a andar. O no?